jueves, 10 de enero de 2008

TRAGEDIA INESPERADA. . .

En mi propia falacia me construyo mansiones, las cuales consta de muros, paredes y recuerdos en su interior. Intento hacer un esfuerzo en cerrar los ojos para disponer de un descanso, lucido y con contraste alguno. Al parecer me encontré con mi ridícula soledad, me resigno con mi propio destino, pregonando momentos que aun, quedan por vivir.
Me rebajo en ser un tipo que sólo cuenta cuentos y se dedica a construir mansiones de papel así es de papel, donde en cada pared yace algo adecuado e inapropiado. Me resulta más fácil tener aquella vista que siempre me acompaña.
Por ahora pienso en el día que llegará a construirse la siguiente mansión. Me gustaría dejar un buen recuerdo o inventar siquiera una palabra que produzca una magnitud de tragedia, se está bien aquí, para decir un adiós postrero.