lunes, 12 de julio de 2010

Un cigarro al honor de Neruda

Señores, ya terminó el mundial, por cierto un mundial de emociones rezagadas, algunas justas pero creo la mayoría fueron injustas por parte de los árbitros, así finaliza este capítulo llamado mundial, sabemos quien fue el campeón. Escribí estas breves líneas como introducción y continuar con el siguiente aporte:


 Don Neruda el hombre de las ramas de la noche.
Neruda desquitaba su sutileza en verso y escribía su respetable
prosa, clara y trémula.

En las tardes mezquinas encuentro las palabras de Neruda, como letras
que se impregnan para cada ocasión, yo diría que mi estado de ánimo
últimamente ha sido normal.

No podemos negar nuestra realidad carente de inmoralidad y que exagera
de ser una sociedad superficial y vacía.

Leer a Neruda, leerlo con uso de razón. Después de leer a Neruda
comienzan a surgir los efectos de practicar un romanticismo barato.

Reconsideremos nuestra conciencia de clase, creemos a nuestra mujer imaginaria
romper con la monotonía de la existencia Señores, algunos de nosotros
somos nerudistas improvisados como dijo Nicanor Parra. Hay dos maneras de 
refutar a Neruda:
Una es no leyéndolo, la otra es leyéndolo de mala fe. Yo he practicado ambas, pero
ninguna me dio resultado.


Señores y señoras, con permiso saldré a caminar un rato,  cigarros en los bolsillos los que me acompañan.

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